¿Por qué siempre hacerme querer creer que el conflicto soy yo? ¿Acaso también no es parte de culpa del otro no aceptarme como soy? ¿No habría que dejar de mirar tanto los defectos del de al lado y poder, por fin, mirarse uno mismo? ¿Quién le da el poder a uno de criticar (y defenestrar) tanto a otra persona más que ella misma? ¿Por qué somos hijos del rigor? ¿Por qué aguantar tanto? ¿Aguantamos tanto? ¿Seremos tan fuertes como decimos? ¿Quién responde tantas preguntas? 

¿CUANDO TE HABLO, ME ESCUCHÁS?

A veces tenés que parar, frenar, y decir: ya está, ya fue. 

Es un Milagro que escriba acá.

Quiero contarte tantas cosas, cosas que solo siento que te las puedo contar a vos. Maldito orgullo. Cuento (uno, dos, tres) no te escribo porque estás enojada, quizás dolida. ¿Sabrás como estoy yo? NO! No importa, vuelvo a contar (cuatro, cinco seis). Te quiero insultar y patear. ¿EN QUÉ PENSÁS? Indulgencia, un poco te pido! ¿Quedará así? ¿Qué va a pasar? ¿Querés hablar? Son tantas preguntas que se responden fácil pero el orgullo que tengo me calla. La bronca y el enojo que siento por tu culpa, de haber sido tan verborrágica y no pensar en tus palabras.

Me quedan tantas cosas para decir. Perdón ¿quizás? No lo se. Tu autocrítica la sigo esperando, sigo esperando una charla razonable y que digas las cosas como son, porque como me las dijiste, no eran.

Suelo ser lo que no quiero ser. Y lo que no quiero ser, me sale perfecto. 

A veces, es "tan así".

Mi amor, yo quisiera hacerte bien y llenarte de caricias. Llenarte de sonrisas y besos.
Siempre fui igual, nunca cambié y no creo hacerlo. Por eso pido perdón, por la insensibilidad y a veces la contrariedad de ésta, perdón por tan pocas palabras cuando realmente las necesitas. Perdón por no darte explicaciones y perdón por ocultar mi pasado.
Necesitas de mi algo que no creo tener pero me esfuerzo por buscarlo y dartelo. No soy lo suficientemente buena para vos pero lo intento.
Si vengo acá es porque no puedo afrontarme y salir a hablar. Alguien lo va leer y te lo va a contar, o lo verás vos, quién sabe?
En mi cabeza flotan recuerdos que ojalá pudiera enterrar pero el pasado... es cizañero. 

Me rescata, me enloquece y me sosiega...

Ya soy ángel del demonio.

No se qué es lo que quiero.